Los trésors de Tetuán
Tetuán: el Mediterráneo para el horizonte
Muros de piedra caliza, aspecto de paloma: Tetuán te recibe en sus estrechas calles que mezclan una sutil mezcla de culturas.
La ciudad tiene un aire de Andalucía: tras las murallas de la medina, una de las más bellas y activas de Marruecos, hoy clasificada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se pasea por callejones bordeados de casas verdes y blancas que evocan Sevilla o Granada. Frente a las puertas, en la plaza, los artesanos trabajan en sus labores: allí, un pintor de madera; Más adelante, en Guersa El Kébira, están los bordadores, los "Jebliates", que venden sus mendils, trozos de tela de color rojo vivo, azul o blanco. Y luego está la Mellah, el barrio judío de la medina en el que se suceden las joyerías y cuya arteria principal conduce al Palacio Real, expresión del arte hispano-morisco.
Al salir del casco antiguo se descubre una arquitectura completamente diferente. Durante un tiempo bajo protectorado español, Tetuán cuenta con multitud de monumentos de estilo europeo: el antiguo casino español, la iglesia de Notre Dame de la Victoire y la Biblioteca General son edificios que confieren a la ciudad su carácter único.
Finalmente, los festivales dan testimonio de este entusiasmo: el festival de cine mediterráneo, el del cómic y el dedicado a las voces de las mujeres.
Descubrir Tetuán es descubrir una ciudad cargada de historia, una ciudad de encuentros que, aunque abierta a las influencias exteriores, conserva toda su autenticidad.